nos vemos en la oficina

El despertador sonó como todas las mañanas, lo buscó a tientas en la oscuridad para apagarlo, suspiró, restregó sus ojos para ir despertando y pensó que comenzaba otro día de duro trabajo. Notó que su mujer se movía aún dormida, se volvió a ella, la abrazó por la cintura, la besó levemente en el cuello mientras su mano subió hasta uno de sus pechos para acariciarlo.
Se incorporó sentándose en la cama, buscó a tientas sus zapatillas y se levantó para dirigirse al baño; encendió la luz, echó una meada, se lavó las manos y puso el calefactor para ir calentando el baño mientras desayunaba para darse una ducha.
Antes de salir le dio un beso a su hija y otro a su mujer, como hacía todas las mañanas.

La ciudad parecía que no se hubiera acostado, había la misma gente que la noche anterior, el mismo ruido y las mismas prisas, miró su reloj, si no se daba prisa llegaría tarde.
Bajó las escaleras del metro deprisa, agradeciendo esa brisa que siempre había y que en cierta forma lo despejaba un poco más que el café, esperó de pie que llegará el vagón mirando sin ver la estación donde se encontraba todas las mañanas, se encontraban los mismo estudiantes, los mismos trabajadores, los mismos niños que iban a un colegio lejos de sus casas, la misma gente mayor que se dirigía a ver a su médico para hablarle de achaques que ni siquiera tenían…suspiró.
Subió al vagón y se apoyó en la pared, pensaba que si se sentaba se quedaría dormido; en cada estación subía más gente, demasiada gente empezaba a invadir su espacio vital y se sentía agobiado, ya no podía estar apoyado en la pared, se encontraba en mitad de la nada intentando cogerse a la barra para no caer cuando notó un par de pechos en su espalda, miró por encima del hombro y una chica joven se disculpaba, le dedicó la mejor sonrisa que pudo a esas horas y se apartó para dejarlo sitio a ella quedándose justo delante. Más gente, la chica se acercaba aún más a él, casi se apoyaba en él, empezaba a sentir que el culo de ella se le estaba acercando demasiado a su pene que notó como se endurecía, intentó pensar en otra cosa…un frenazo y ella cayó sobre él, otra disculpa, otra sonrisa y su pene ya estaba totalmente endurecido. A ella no le quedó otra que quedarse más cerca de él de toda la gente que había subido al vagón, el traqueteo hacía que su pene rozara su culo levemente una y otra vez, comenzó a observar a la chica y no estaba mal, además no parecía darse cuenta que él estaba totalmente empalmado, otro roce y pensaba que se corría cuando ella le pidió permiso para poder salir a la puerta, había llegado su parada.


-Tengo malas noticias para ti- le dijo con una leve sonrisa Ramírez- te tienes que hacer cargo de las entrevistas de trabajo.
-¡¡ Pero si ni siquiera es mi cometido!!
-Lo sé pero andamos mal de personal en recursos e infraestructuras y ahora mismo tu despacho es en el único que podemos hacer las entrevistas
-¿Sabes todo el trabajo que tengo acumulado?
Ramírez se echó el pelo para atrás como pensando
-Puedo intentar que te den unos días libres por esto si quieres…por la molestia, sin que repercuta en tus vacaciones
Lo sopesó, renegó un poco para que Ramírez no sospechara, suspiró y aceptó, no le vendría mal unos días más de vacaciones. Ramírez le entregó los veinte currículos que tenía que revisar para poder hacer las entrevistas a las 12.00. Todos tenían arriba la hora de la cita para la entrevista, la mayoría eran chicas, algunas tenían un poco de experiencia y otras optaban por su primer empleo pero solo un nombre le llamó poderosamente la atención, tenía la cita temprano y pensó en cambiarla para más tarde, sería a la última que entrevistaría, él mismo la llamó por teléfono para comunicárselo poniendo una excusa tonta pero que sonaba bastante creíble.


A las doce comenzó las entrevistas y empezaba a estar ansioso de llegar a ella.
A las 14.20 Tania le dijo que se iba a comer
-Solo te queda una chica, ¿le digo que pase?
-Sí, por favor, con ella acabo y me voy a comer
Le dijo en una sonrisa
-OK, creo que Pedro y Luís también se bajan a comer así que te quedas solo en la oficina…intenta no prolongarte mucho con la entrevista total al final contrataran a uno de los chicos por lo de la política de igualdad jajaja
Tania se fue cerrando la puerta que abrió ella.
-¡Hola!
-Siéntate y empezamos con la entrevista- le dijo mientras le daba la mano- intentemos no demorarnos mucho porque seguro que los dos tenemos hambre
Ella mostró una bonita sonrisa y él comenzó a comentar su currículo, cosas sin importancia como los puestos que había desempeñado o cursos que había hecho.
-¿Qué tal te defiendes en la informática?
-Bastante bien, se me dan bien los ordenadores y me hago enseguida con los programas que no conozco…creo que eso juega en mi favor.
-¿Sabe moverse en la red?
-Sí
-¿Y que suele mirar en Internet?
-Pues no se…-se mostraba un poco incómoda- lo que todo el mundo, el correo, algún periódico… ¿qué tipo de pregunta es esa?
Él sonrió con cierta picardía e hizo un gesto con la mano para quitarle importancia a la pregunta.
-¿Ha trabajado en equipo?
Le preguntó para desviar su atención y siguió preguntándole sobre su currículo pero ya eran cosas bastante sabidas así que comenzó a preguntarle un poco sobre sus hobbies o que hacía en su tiempo libre.
-¿No se que tiene todo esto que ver con el puesto de trabajo?
-Nos gusta saber si a las personas que vamos a contratar suelen salir a beber, hacer deporte o simplemente si tienen algo de vida social, son cosas sin importancia pero con todo esto sacamos un perfil- mintió
Ella comentó más o menos lo que hacía en su tiempo libre
-¿Suele entrar en foros o chat?
La volvió a descolocar
-La verdad que eso es asunto privado…al igual que saber que hago en mi tiempo libre…-se mostró incómoda y enfadada- creo que vamos a dejar la entrevista aquí, no me siento cómoda y no creo que el puesto sea tan apetecible
Se levantó para marcharse
-No se vaya, discúlpeme pero son cosas que hay que preguntar en una entrevista- volvió a mentir- ya sabe, ponerla en una situación tensa, por favor siéntese…le haré una prueba
Se volvió a sentar aunque se mostraba enfadada
-¿Qué tipo de prueba?
-Hagamos una cosa, pase o no la prueba, la contratamos…quiero decir que haré lo posible porque la contraten, creo que se lo merece puesto que ha reaccionado bastante bien a la tensión.
Le dedicó una sonrisa mientras se levantaba para rodear el escritorio y apoyarse en él, situándose frente a ella
-¿Qué tipo de prueba me va hacer?
Caviló, se echó el pelo para atrás para ponerla aún más nerviosa, la miró a los ojos y bajó por el escote de su camisa donde se entreveía el principio de unos pechos firmes, suaves y redondeados, siguió por su cintura hasta llegar a su falda negra, corta y ceñida, que dejaba ver unas piernas estupendamente torneadas cubiertas con unas medias oscuras pero muy finas que las hacían aun más atractivas.
-Me gustaría ver lo zorra que puedes llegar a ser
-¡¡Está loco!! ¡¡Pienso denunciarle!!
-No lo creo- le dijo tranquilamente-más bien me vas a enseñar lo zorra que eres, se que es lo que te gusta, se que te gusta que te traten así y ahora mismo estamos tú y yo solos en la planta, todo el mundo se ha ido a comer por mucho que gritaras nadie te oiría y seguro que yo les puedo contar una historia mejor que la tuya
Ella se levantó y se mostró bastante indignada, él sólo sonreía y le pidió que volviera a sentarse. Nerviosa caminó por el despacho pero no se decidía a irse, había algo en todo aquello….
-¿Qué quiere que haga?-dijo casi en un susurro
-Lo que te he dicho, simplemente muéstrame lo zorra que puedes llegar a ser, me gusta saber hasta que punto eres una buena puta.
Vaciló, se veía sin salida y se preguntaba si realmente aquel trabajo merecía tanto la pena pero a medida que tenía estos pensamientos, sus manos fueron desabrochando su camisa dejando que él viera un sujetador blanco semitransparente y su terso estómago con un ombligo sugerente. Su cuerpo comenzó a moverse al son de una música inexistente, sus manos comenzaron a deslizar su falda dejando ver una tanga a juego con el sujetador para luego acariciar todo su cuerpo como si de las manos de su mejor amante se trataran.
-Espera- le dijo calmadamente cuando ella iba a quitarse el sujetador- acércate a mí, quiero quitártelo yo y acariciar esas tetas
Se acercó despacio, sugerente, se había olvidado de la situación en la que se encontraba y la lujuria la había invadido. Él la volteó, recorrió con un dedo su espalda haciendo que se estremeciera, desabrochó su sujetador y dejó que cayera al suelo de la oficina, la atrajo hacía él rodeando su cintura y empezando a recorrer su cuello con la lengua, dándole besos, succionando los lóbulos de sus orejas, acariciando mientras sus pechos que iban respondiendo a las caricias, pellizcando sus pezones. Recorriendo con la otra mano su estómago, su cintura, acariciando por encima de su tanga el coño húmedo.
-Quiero ver como te masturbas
Se sentó en la mesa del despacho frente a él que se había acomodado en su silla. Comenzó acariciando sus tetas, rozándolas, poniendo duros de nuevo los pezones, las estrujó, una de sus manos se deslizó hacía su coño. Lo rozó por encima del tanga, acarició su clítoris, echó a un lado el tanga para que él viera su coño, abrió sus labios y tomando parte de sus fluidos siguió acariciándose el clítoris, despacio, arriba y abajo, sacándose ella misma jadeos de placer.
Él empezó a frotarse la polla por encima del pantalón viendo el espectáculo que se le ofrecía, la tomó de sus muñecas y lamió aquel coño húmedo, ella suspiró de placer, succionaba su clítoris, lo lamía, lo mordisqueaba, soltó una de sus muñecas para acariciar su coño sin dejar de lamerlo, le introdujo un dedo que la arrancó un gemido de placer
-¿Te gusta, verdad puta?- ella no podía contestar- Sabía que eras una buena zorra
Le decía mientras introducía una y otra vez el dedo, se levantó para probar aquellas tetas, las lamió, las mordisqueo, jugó con su lengua en los pezones y sentía como ella estaba cada vez más excitada.
-¿Qué más vas hacer?- ella lo miró sin decir nada por la excitación - ¿Acaso no tienes ganas de comerme la polla, puta?
Bajó de la mesa y se arrodilló frente a él, le quitó los pantalones y el bóxer de licra que llevaba, comenzó lamiendo sus huevos desde abajo, despacio, succionándolos y dándoles pequeños besos. Subió con la lengua por el tronco de su polla, jugando en la punta con la lengua para después tragársela entera y sacarla despacio, dejando que sus labios apretaran bien aquella polla. Él tomó su cabeza para llevarle el ritmo, sus dedos se cerraron en su cabello e hizo que se la metiera otra vez entera, le comenzó a follar la boca frenéticamente mientras ella acariciaba sus huevos, jugaba con su lengua en su polla y él seguía llevando el ritmo con su mano.
-Sabía que la chupabas bien zorra...como me gusta lo que me estás haciendo
Entonces hizo que se levantara y la apoyó en la mesa haciendo que su culo se mostrara magnífico
-Ahora vas a saber lo que es una polla de verdad- le dijo acercándosela entre sus nalgas- primero vamos a ver como se siente en tu coñito
Se la metió de una embestida provocando en ella un grito de placer, la tomó de sus pechos para acariciárselos sin perder el ritmo de entrar y salir del coño, sintiendo como aquellas paredes se cerraban alrededor de su polla. Se echó sobre ella para lamerle la nuca, acercó su boca a su oído y le dijo que le se la iba a meter por el culo, ella intentó librarse pero él la aprisionó con una mano en su espalda y con la otra llevaba su polla a la entrada de su culo
-No intentes librarte, zorra, no creo q te puedas librar de esto…además te va a encantar.
Empezó a meterle la polla, despacio, poco a poco para que ella fuera sintiéndola, le oía gemir de placer y le hacía excitarse aún más, se la introdujo entera y ella gritó entre el placer y el dolor.
-¿La sientes zorra?, ¿te gusta tenerla en tu culo?
Le decía mientras se movía dentro de ella, la cogió por las tetas para introducírsela más profundamente y sin sacarla, se sentó en la silla para poder acariciarle el clítoris, lo que hacía que ella se estremeciera de placer. Le estrujaba uno de sus pechos, le acariciaba frenéticamente su clítoris y hacía que le cabalgara sobre su pene. Ella se corrió en un gran suspiró de placer
-Ahora me voy a correr en tu culo
Le dijo mientras le soltaba su leche.
Descansó ella su cabeza en el hombro de él, depositó un beso en su cuello
-¿Te gustó Nerea?
Le dijo al oído en un susurro
-Me encantó Fernando-le dijo dándose la vuelta para besarle en la boca-tengo que irme a recoger a la nena, te espero en casa para cenar, no llegues muy tarde.



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